Estamos siguiendo con suma atención las emisiones que está ofreciendo el Concertgebow de Amsterdam, dentro de su Festival Beethoven Online, y ayer fue una tarde noche realmente antológica.
Si terminó, ya en horario de noche con una gran interpretación de la Novena de Beethoven con Ivan Fischer dirigiendo a la Orquesta y Coros del Corcertgebow, la tarde nos trajo la grata sorpresa, del Septimino en una sala absolutamente vacía y que realmente impresiona.
Todo el mundo conoce algo del Septimino, aunque no se sea consciente de ello y cualquier recalcitrante, que lo niegue, que tire la primera piedra.
El Septeto, Opus 20 para Violín, Viola, Chelo, Contrabajo, Trompa, Fagot y Clarinete, fue compuesto por Beethoven a la edad de 30 años y mucho más tarde diría de él: Había mucha imaginación pero poco arte. En aquella época yo no sabía componer, ahora creo que sí.
Sinceramente, creemos que ha llegado el momento, para quien todavía no lo conozca, que adentre en la belleza de esta composición, eclipsada sin motivo, dentro de la magna obra de Beethoven.
Está interpretada por músicos de la Orquesta del Concertgebow y si bien no es posible distinguir a nadie, nosotros queremos llamar la atención sobre el Violín y la Trompa, instrumento éste poco valorado y capaz de conjugar sonidos duros con otros plenos de melodía, como fue el caso.
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