Su nombre es Ana Oreja Vega, sobrina de nuestra compañera Mento.
Es enfermera en León, vocacional y entregada a su profesión y como muchas de ellas, ha superado el contagio del Covid 19, si bien otras han tenido aún peor suerte.En ella, hemos querido personalizar y rendir nuestro homenaje a las más de 300.000 Enfermeras en nuestro país, formadas para ver de cerca el dolor y acompañar el sufrimiento.
Al igual que sus compañeros médicos y resto de sanitarios, no son héroes, sino personas de carne de hueso, con sus familiares y vidas propias, con sus ilusiones y anhelos, y que les es está tocando ser el último vínculo con la vida de miles de personas, sustituyendo a ese contacto con familiares, y acompañándoles en sus peores momentos.
Esto se enseña en las Facultades, pero allí no se puede hacer más que desarrollar unos sentimientos propios de las personas, como Ana, que eligen esta forma de vida porque forma parte de su forma de ser de entrega al prójimo.
“Las enfermeras entienden de esperanza y valor, alegría y desesperación, dolor y sufrimiento, así como de vida y muerte. (…) Están presentes en algunos de los momentos más preciados de la vida al igual que en algunos de los más trágicos. (…) Sirven a la humanidad y, mediante sus acciones, protegen la salud y el bienestar de las personas, las comunidades y las naciones.”
Querida ANA, a tí y todas tus compañeras y compañeros enfermeros, toda nuestra ADMIRACIÓN
Querida ANA, a tí y todas tus compañeras y compañeros enfermeros, toda nuestra ADMIRACIÓN
Las redes están llenas en estos momentos de homenajes y testimonios de esta entrega, pero ante la posibilidad de que elijamos algo con caracter partidista, puesto que hasta con eso se juega, preferimos elegir esta música, banda sonora de El Paciente Inglés.
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