La lista de autores que fueron víctimas de la “maldición de la novena” es muy numerosa.
El primero en ser incluido en tan lúgubre nómina fue Ludwig Van Beethoven (1770-1827) que falleció dejando inacabada su Sinfonía nº 10 en mi bemol mayor.
A él seguirían otros compositores de la talla de Franz Schubert (1797-1828), Anton Bruckner (1824-1896), Anton Dvorak (1842-1904), Gustav Mahler (1860-1911), Ralph Vaughan Williams (1872-1958), Alexander Glazunov (1865-1936), Egon Welesz (1885-1974), Kurt Atterberg (1887-1974) y Roger Sessions (1896-1985).
Mahler quiso engañar al destino y no le dio número a su novena sinfonía, que fue estrenada como La Canción de la Tierra y creo una sinfonía posterior a la que atribuyó el número 9.
¿Fue suficiente este engaño? Desgraciadamente no fue así, y Mahler falleció en 1911, cuando solo había compuesto un movimiento Adagio de lo que iba a ser su décima sinfonía.
Ese Adagio Mahler nunca quiso que se interpretara y lo conocemos gracias a que su esposa Alma Mahler, ya en el año 1924, autorizó al editor vienés Paul Zsolnay la publicación de la copia del manuscrito, con la sorpresa de encontrarse con una sinfonía totalmente planificada, comprendiendo cinco movimientos.
Quizás por ello, por lo que el ciclo del Festival Mahler que está ofreciendo el Concertgebow haya saldado de la 9ª Sinfonía, el pasado viernes, a la Canción de la Tierra que se interpretó ayer domingo.
En cualquier caso, nosotros creemos que mere ce la pena escuchar esa hipotética Décima, pero solo lo que escribió Mahler, en forma de Adagio, y no como posteriormente fue ideada por Deryck Cook en base a los apuntes encontrados.
lunes, 18 de mayo de 2020
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