Su cuerpo fue trasladado a la Cripta Real de El Escorial, marcando el fin de una época próspera antes de que su hijo, Carlos IV, menos influyente, subiera al trono.
Los historiadores lo consideran el mejor rey Borbón de España por equilibrar el absolutismo con el progreso
Unificó el sistema monetario, fundó el Banco de San Carlos en 1782 como el primer banco público de España e introdujo el papel moneda para financiar la deuda pública.
Los cambios en la agricultura incluyeron la redistribución parcial de tierras, la reducción de los privilegios de la Mesta, la promoción de obras de regadío como el Canal de Castilla y la colonización de Sierra Morena con nuevos asentamientos como La Carolina para impulsar la producción y frenar el bandidaje. La liberalización comercial abrió el comercio con América, redujo los aranceles y fomentó la industria a través de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
La infraestructura avanzó con más de 2.000 km de carreteras, 600 puentes y diligencias que conectaban las principales ciudades, junto con mejoras urbanas en Madrid como el alumbrado público y la numeración.
Entre las iniciativas sociales se encontraban las Juntas de Caridad para los pobres, las primeras ambulancias, cementerios civiles y escuelas de cirugía, veterinaria y artesanía.
Expulsó a los jesuitas en 1767, reformó la educación, limitó la Inquisición y creó la Orden de Carlos III para recompensar el mérito.
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