Pero lo que a nosotros, de forma personal, más nos llamó la atención de la seria, fue la banda sonora y lo bien que encajaba con aquellas imágenes de barcos veleros luchando contra tormentas en el Océano Atlántico.
Muy lejos teníamos entonces del verdadero origen y significado de aquella gran Música.
En el Adagio de Espartaco y Frigia de Aram Khachaturian destacan las cuerdas por su calidez melódica y expresiva, especialmente los violines solistas en dúo inicial y los violonchelos con sus frases patéticas y vibrantes que expanden el tema principal. Los vientos, como oboes y clarinetes, aportan colores nostálgicos y ondulantes, evocando el reencuentro amoroso en un bosque idílico.
Y como hoy nos hemos levantado con esa música rondándonos en la mente, hemos pensado que era el momento oportuno para hablar de ella en nuestro Blog., aunque nunca podremos desligarla de aquellas imágenes marinas.
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