Pisarenko acudió al Castillo, bajo la luna llena, con el marchamo de ser un un extraordinario pianista algo de lo que dejó constancia, pues no en balde detenta importantes premios internacionales, que solo están al alcance de los virtuosos, si bien lo hizo con obras poco conocidas para la mayoría de los asistentes, excepto quizás algún lied de Schubert como Margarita en la rueca, todo eso además con el inconveniente de no disponer de un programa de mano, por cuestiones sanitarias, por lo que nos quedamos con las ganas de poder establecer vinculaciones con otras obras más populares.
Esa curiosidad la podemos colmar el próximo viernes, donde interpretará el famoso concierto para Piano y Orquesta nº 1 de Franz Liszt, junto con Totentanz del propio Liszt, a la que ya hemos alusión en anterior publicación.
Y lo hará a lo grande, repitiendo el programa que ofreció hace unos meses en Moscú, junto a la Orquesta Estatal de Rusia, Novaya Rossiya, lo que viene a demostrar una vez más la gran calidad de la Música que se puede escuchar en Águilas.
Ofrecemos la Tarantela, con la que ganó el primer Premio Liszt
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