En 1950 debutó en el Festival de Salzburgo y en la Royal Opera House; fue la Mimi de La Bohème en el Covent Garden londinense, teatro en el que siguió actuando de forma regular hasta 1961.
Fue muy apreciada en el Teatro Colón de Buenos Aires entre 1952 y 1980 —en el primer coliseo argentino debutó como Madama Butterfly y se la recuerda por su actuación en Manon, Werther, El barbero de Sevilla, Pelléas et Mélisande, Las bodas de Fígaro y Lohengrin junto a Christa Ludwig— y en el Teatro de La Scala de Milán entre 1950 y 1956.
Actuó por vez primera en los Estados Unidos en octubre de 1950 con un recital en el Carnegie Hall.
En marzo del año siguiente, hizo lo mismo en el Metropolitan Opera de Nueva York y cantó regularmente con esa compañía hasta 1961.
Fue la primera cantante española en actuar en el Festival de Bayreuth (1961 y 1962). Interpretó el papel de Elisabeth, de Tannhäuser, a las órdenes del nieto de Richard Wagner, que quedó tan impresionado con su actuación que volvió a invitarla al año siguiente.
Sin poseer la belleza tímbrica de Tebaldi ni la fuerza dramática de Callas, era un compendio de una y otra. Siempre se señaló que sus agudos eran algo tirantes y metálicos, algo que tenía como contraprestación la posibilidad de cantar papeles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de (El Barbero de Sevilla).
Fue sin duda una de las más grandes artistas que ha dado la ópera.
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