Sucede a veces que los aficionados a la Música Clasica y la Lírica, olvidamos el Ballet, y cuando lo hacemos, pensamos en la música de Tchaikovski, con El Lago de los Cisnes, El Cascanueces o La Bella Durmiente.
Pero existen muchos más ballets con excelente música y con los que magníficos coreógrafos han logrado grandes éxitos, y para no desviarnos demasiado, en estos momentos pensamos La Bayadère, creado por el coreógrafo francés Marius Petipa con la música de Ludwig Minkusy, si bien con el tiempo, se fue apartando de la idea original, por aportaciones de sucesivos directores, hasta que Nureyev la reconstruyo sobre la idea primigenia, para su representación en la Ópera Garnier, el 8 de Octubre de 1992. La escenografía y el vestuario fueron creaciones colosales y de una rica producción. Con saris importados directamente de la India, ricas telas bordadas en oro y docenas de metros de tul de exquisitos proveedores de las mejores casas de Francia, Alemania e Inglaterra, la producción de Nureyev para la Ópera de París supera todo alarde de opulencia y lujo.
El argumento del libreto de la Bayadère se basa en dos historias dramáticas indias del siglo XIX, con Guerreros, Fakires, Brahmanes, Rajás y, por supuesto, todos ellos alrededor de una historia de Amor, pero nosotros queremos centrarnos en la escena del Reino de Las Sombras, donde se entremezclan en un ritmo repetitivo la Fantasía con la Realidad en un pasaje realmente hipnótico, pleno de luz y ensoñación.
Por tanto, proponemos ver y disfrutar de dos representaciones del Reino de las Sombras,la primera en una versión acortada desde la Ópera de Paris, y la segunda, completa, desde el Teatro y el Ballet del Bolshoi de Moscú.
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