¿Si la soprano siempre se queda con el tenor, que le queda al barítono?
La voz del soprano, cálida y profunda, se ha reservado habitualmente para los villanos, los rivales amorosos o los padres de la soprano o del tenor.
Los compositores, además de eso, conocen muy bien que la voz del barítono aporta una importante dimensión dramática a la historia, de tal forma que Verdi era un verdadero amante de la voz del barítono, que le permitió crear personajes memorables, y aquí podemos hablar de Germont en la Traviata, del bufón Rigoletto, el propio Nabucco, el mujeriego Don Giovanni, Puccini con el malvado Scarpia en Tosca, solo a modo de ejemplo, y todo ello sin necesidad de remontarnos a Bach, que dio el papel del propio Jesucristo a un barítono.
Hace unos años, con motivo de la actuación en el Maestranza del barítono onubense Juan Jesús Rodríguez, uno de los mejores barítonos verdianos del mundo, Canal Sur le realizó una entrevista que creemos documenta muy bien esta entrada.
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