La derrota del general Dupont en Bailén tuvo graves consecuencias para el esfuerzo de guerra francés. La noticia se extendió por toda la península y forzó al rey José I Bonaparte a abandonar Madrid el 28 de julio en dirección a Vitoria, además de poner en duda la aparente invencibilidad de los franceses.
Napoleón tuvo que acudir a la península con un nuevo y numeroso ejército para consolidar su dominio.
En el escudo de la ciudad de Bailén figura en lugar preferente un cántaro agujereado, que se dice representa a María Bellido. Según la tradición, esta mujer habría utilizado el cántaro precisamente para suministrar agua a los soldados españoles, algo que resultó de gran importancia para el resultado de la batalla, dadas las altas temperaturas que hubo ese día; parece más bien, sin embargo, que se trata de una personificación simbólica: todo el conjunto de la ciudad habría colaborado con ese suministro durante la batalla, y el personaje de María Bellido se habría creado precisamente para personalizar el gesto, ya que dice la leyenda que una bala perforó el cántaro de esta mujer mientras estaba dando de beber a los soldados españoles.
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