A los tres años de edad se quedó prácticamente ciego a causa de una infección de difteria.
Según él, la pérdida parcial de la vista lo puso en el camino de la música.
En 1927, siguiendo el ejemplo de sus antecesores Isaac Albéniz, Manuel de Falla, Enrique Granados y Joaquín Turina, Rodrigo se traslada a París para inscribirse en la École Normale de Musique, donde estudió durante cinco años, con Paul Dukas.4
Allí entabla amistad con Maurice Ravel, Darius Milhaud, Arthur Honegger, Ígor Stravinski y Manuel de Falla.
Después de una difícil temporada en Francia a causa de problemas personales (falta de trabajo y penuria económica, así como la pérdida de un bebé a punto de nacer en 1939) en medio de la inestabilidad a causa de la Guerra Civil en España y el ambiente prebélico de la II Guerra Mundial en Europa, los Rodrigo cruzan la frontera franco-española con apenas unas maletas en sus manos, pero un tesoro en su interior: el manuscrito de su obra más universal, el Concierto de Aranjuez.
En 1940 tiene lugar en Barcelona el estreno mundial del Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta, un ejemplo definitivo de su personalidad musical y una obra que le traería fama universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario