Le debíamos un homenaje al templo trianero de Santa Ana, que el pasado año 2016 cumplió 750 años en los que ha acompañado a todos los sevillanos, de una y otra orilla del Rio.
Nuestra Semana Cultural ha venido a poner remedio a esa situación dentro de la Universidad, con una extraordinaria conferencia impartida por alguien al que, al igual que a su alumno, profesamos verdadera admiración.
El alumno, Andrés Luque, por su vinculación a nuestra Facultad, fue quien introdujo y presentó al ponente, el profesor, que también lo fue suyo, Teodoro Falcón, en una situación realmente inusual, pues suelen ser los profesores los que presentan a sus alumnos.
Con una gran documentación gráfica que propició una amena conferencia, el profesor Falcón nos recordó que se trata de una iglesia fortificada almenada, y que ha sufrido el envite de muchos terremotos, entre ellos el de Lisboa de 1755 que dañó seriamente el edificio, que fue remodelado por el arquitecto Pedro de Silva, momento en que se modificó sensiblemente la imagen de las portadas y la cabecera.
Ya mas recientemente, en el año 1920 se restauró la portada gótica de la nave de la izquierda, y en 1972 en reformas que casi todos nosotros recordamos especialmente los trianeros, fue objeto de una completa restauración que llevó a cabo el entonces arquitecto conservador de los Alcázares, Rafael Manzano, en la que hizo desaparecer la decoración interior de carácter barroco.
El profesor manifestó que una iglesia no deja de ser como nuestras propias casas, en las que de vez en cuanto hay que hacer reformas, sustituir cañerias, modificar cuartos de baño, cocinas etc.
Al igual que tantos otros templos sevillanos, incluso algo tan simbólico como nuestra Giralda, la construcción se hizo en ladrillo, dada la escasez de canteras cercanas a nuestra ciudad.
En definitiva, una gran conferencia, como suele suceder cuando se junta un gran tema de extraordinario interés y un excelente conferenciante, con la "guinda" del presentador.
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