HISTORIAS DE JÁNDALOS Y DE PECHÓN

Hoy es la onomástica de nuestra compañera y amiga Elena, a quien felicitamos desde nuestro Blog, y queremos hacerlo además, rindiendo homenaje a Pechón.

Pechón es un "pueblín· de poco más de 200 habitantes censados y su  aliciente mas conocido son los grandes paisajes cántabros, con sus magníficos miradores sobre las Ria de Tina Menor, como se conoce a la desembocadura del Rio Nansa, las Playas de Amió, Tina Mayor, El Pedreu y tantas otras que producen una sensación de paraiso en Cantabria, justo al lado de Asturias.
Pero no queremos hablar de esas bellezas naturales, sino del propio nucleo urbano y de sus gentes.
Cuando llega el verano, sus casas, vacias todo el año, se llenan de Jándalos, esos  emigrantes que a finales del Siglo XIX llegaron a Andalucia pero que no olvidan sus raices.
Pasear por sus calles con sus bellas casonas y cuidados parterres de plantas y flores es adentrarse en un mundo casi irreal.
La sensación que nosotros, como forasteros tuvimos, y al ir acompañados de Elena, fue de que nos encontramos en el centro de una gran familia, tanto de sangre como la que resulta de la Amistad.
Algunos residentes fijos junto a esos Jándalos, como Elena, decidieron hace unos 20 años crear la Asociación Aramal con el fin de enseñar a las nuevas generaciones, como se desarrollaba la vida en Pechón, cuando no había luz, ni agua corriente, ni otras tantas cosas, pero a cambio contaban con un bien extraordinario: La vecindad. que la hacían funcionar como una gran Comunidad.
Es por ello, que de forma regular llevan a cabo durante el período de vacaciones, donde esas nuevas generaciones vuelven a su tierra, muy diversas actividades que tienen lugar en el Centro Cultural "El Salón"

Así, en el año 2014 tuvo lugar una exposición de antiguas fotografías con el nombre de"Los Jándalos, Pechón en Andalucía", que supuso un gran  éxito al ser visitada por muchos habitantes de pueblos cercanos, con raices similares, pero sin haber tenido esa iniciativa.

Este año, han recreado las formas de vida de una casa montañesa, en la que todos han colaborado aportando enseres de casa, vajillas, mantelerias, cuberterias,  aperos de labranza y muchas más cosas, todo ello de finales del Siglo XIX y comienzos del XX.
Eso hará que muchos recuerden las cosas que tenían en las "cuadrucas", en las "sucarreñas", y sobre todo es el motivo para que los abuelos que pasan por allí con sus nietos puedan transmitirles las historias de sus orígenes.

Nuestra felicitación a la Asociación Amaral, y en especial logicamente a nuestra amiga Elena por su compromiso y admiración por el Amor que demuestra constantemente a tu Tierruca.