Nuestro compañero Pascual nos sigue desgranando aspectos de los Conciertos del Castillo.
La segunda de las noches ha estado dedicada a interpretaciones pianísticas, a cargo de tres de los triunfadores del Certamen Internacional que anualmente convoca Clamo Music, de Murcia.
Resulta realmente complicado reunir en un mismo concierto a tres pianistas, con inspiraciones e interpretaciones tan distintas, bajo el punto común de una excelente calidad.
Comenzó la velada musical el intérprete griego Paris Tsenikoglou, segundo premio de Clamo Music con una excelente lectura de la partita 5 de J.S. Bach, antes de centrarse en Chopin.
Queriendo sumarse a la magia de la noche, en lo que suponemos algo meditado concienzudamente, Reflejos en el Agua de Debussy, en un momento especialmente apropiado para ello, justo cuando la luna se abría paso entre las nubes que amenazaron el algún momento.
Ofrecemos video de su actuación, por gentileza de ProMúsica Águilas y Clamo Music.
Alexander Sonderegger nos ofrecio todo el encanto y delicadeza de los preludios de Rajmáninov haciendo gala del sentimiento del compositor y dotando a sus interpretaciones del sentimiento de una calmada noche a la que la luna nos incitaba, tan alejado en estas premisas al apasionamientos de su Concierto nº 2 y la endiablada dificultad del 3º.
Estos momentos de calma tuvieron un radical giro con el estudio nº 6 de Paganini en su visión pianística de Liszt, con esos aspergios que lo convierten en una obra de gran dificultad, para terminar con algo poco escuchado como es la música de Balakirev y la musica oriental de Islamey.
Ruben Micieli demostró con creces, sus argumentos por lo que fue el ganador del Certamen de Clamo Music en el año 2015, con una exultante juventud y que fue el despegue para grandes éxitos que vinieron a continuación, como ha sido ese segundo lugar en el reciente Certamen Franz List de Weimar.
Y precisamente fue con Liszt con quien vino a demostrarnos su gran fuerza interpretativa, con el Preludio de Tristan e Isolda y esas maravillas que son las rapsodias Hungaras y Españolas.
Y precisamente fue con Liszt con quien vino a demostrarnos su gran fuerza interpretativa, con el Preludio de Tristan e Isolda y esas maravillas que son las rapsodias Hungaras y Españolas.
En resumen una gran noche de música de piano, como complemento a las dedicadas a la Lírica.
Por cierto, no podemos ofrecer nota del tercer concierto con el esperado nombre de Montserrat Martín Cavallé, al aue no asistimos por otros compromisos.
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