GIOACHINO ROSSINI. ¿PARA CUÁNDO UN MONUMENTO EN SEVILLA?.
Pocas figuras merecen un reconocimiento con Rossini para ser inmortalizado en el entorno de nuestro Teatro de la Maestranza.
Si bien, Sevilla es la ciudad de las 150 óperas, con figuras imaginarias de la lírica tan características de nuestra ciudad, pocas como NUESTRO FAMOSO BARBERO.
¿Y qué podemos decir además de un personaje que nos ha dejado que ha dejado para la humanidad dos obras de arte y tan separadas entre ellas como El Barbero de Rossini, y el Tournedó a la Rossini. De hecho, Rossini tuvo una gran trascendencia en la difusión de la cocina italiana en Europa.
Rossini, falleció en París, donde vivió la última etapa de su vida, el 13 de Noviembre de 1868.
Es imposible reseñar en esta nota todo lo que nos viene a la mente en estos momentos para recordarle en esta efemérides.
Evidentemente, hay que hablar de sus Óperas Bufas, con el ejemplo de El Barbero de Sevilla y de fragmentos de tanta calidad como el Aria de Don Basilio "La Calumnia" y que Ruggero Raimondi ha cantado como pocos en la historia.
Pero también hay que hablar de su gran obra religiosa, con un Stabat Mater que hace unos días ofrecíamos en emisión desde el Teatro Colón de Buenos Aires, o su Misa Solemne, a la que Rossini introdujo el adjetivo de pequeña, quizás por su humildad al enfrentarse a una música tan distinta a la suya habitual y de la que nos dejó estas palabras y de la que dijo que era "un pecado de vejez"
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