Borodín es conocido por sus sinfonías, sus dos cuartetos de cuerda, En las estepas de Asia Central y su ópera El príncipe Ígor.
Fue un prominente defensor de los derechos de las mujeres, de la educación en Rusia y fundó la Escuela de medicina para mujeres en San Petersburgo.
Borodin se ganó la vida, no obstante como químico y en su profesión, Borodin se ganó un gran respeto, destacando especialmente por sus trabajos sobre los aldehídos.
Borodin ocupó un puesto de posdoctorado en la Universidad de Heidelberg. Trabajó en el laboratorio de Emil Erlenmeyer sobre los derivados del benceno. También pasó un tiempo en Pisa, trabajando en los halocarbonos.
En 1862, Borodin regresó a la Academia Médico-Quirúrgica (ahora conocida como Academia Médico-Militar S. M. Kirov) y aceptó una cátedra de química.
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