Fue una idea del compositor italiano Giuseppe Verdi: una residencia para músicos jubilados en la que pudieran reunirse con personas afines.
Allí se celebran regularmente conciertos en los que muestran sus habilidades.
Muchos pueden pensar que la obra más bella de Giuseppe Verdi, el más notable compositor de ópera italiano, es Rigoletto -con su aria inmortal La donna è mobile-. O La Traviata, Aída, Otelo, Falstaff u otra de sus decenas de composiciones. Y puede que lo sean.
Pero para él era una enorme caja de música con forma de casa.
"De todas mis obras, la que más me gusta es la casa que hice construir en Milán para acoger artistas ancianos no favorecidos por la fortuna, o quienes de jóvenes no poseyeron la virtud del ahorro. ¡Pobres y queridos compañeros de mi vida! Créeme amigo, esa casa es sin dudas mi obra más bella".
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