Gordon encontró que Europa en la década de 1960 era un lugar mucho más fácil para vivir, diciendo que experimentaba menos racismo y un mayor respeto por los músicos de jazz. También indicó que en sus visitas a los EE. UU. en los últimos años 60 y principios de los 70, él encontró la lucha política y social que le perturbaba.
Su regreso en 1976 constituyó un acontecimiento mediático que repercutió en un inusitado interés por su biografía, que empezó a tener tintes legendarios. Gordon firmó con Columbia y se convirtió en una figura popular hasta que su salud le obligó a casi retirarse a comienzos de los ochenta.
Regresó de nuevo para participar en la película Round Midnight (1986, Bertrand Tavernier). Fue nominado por este film al Oscar como mejor actor principal, batiéndose en duelo a intérpretes de la talla de James Woods, Bob Hoskins, William Hurt o Paul Newman, quien finalmente ganaría la preciada estatuilla con El color del dinero.
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