Cuando fue elegido como ministro de universidades el dimitido Manuel Castells, pudimos ver la reacción triunfal y hasta exagerada en nuestra opinión, por parte de algunos de nuestro profesores que todos admiramos en su aspecto docente, asegurando que llegaba la panacea a todos los problemas de la Universidad.
De ahí, se pasó a que tales manifestaciones quedaron en el silencio más absoluto en cualquier sentido, suponemos que por respecto al profesor que no al político.
Sugerimos la lectura de algún artículo sobre esta dimisión, de quien nadie falta en reconocer sus méritos académicos, que los tiene y confiamos en que la Universidad pueda tener en algún momento, que no vemos cercano, el máximo representante que nos merecemos y que si sus propuestas merecen el beneplácito de quienes deben hacerlo, comenzando lógicamente por los rectores, catedráticos, profesores y alumnos, (que no ha sido el caso, sino todo lo contrario) se le deje trabajar para que dichas propuestas prosperen.
Le deseamos todo lo mejor al Sr. Castells a la vuelta a su trabajo docente e investigador.
Uno de los artículos, concretamente el de ABC de Sevilla, se puede leer AQUÍ pudiendo y debiendo cada lector acudir a las fuentes que considere más adecuadas.
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