DON EMILIO GÓMEZ PIÑOL, DESCANSE EN PAZ

 

D. Emilio Gómez Piñol durante una Clase en la Catedral.

La Fortuna, o quizás la Providencia ha querido que en nuestro paso por la Universidad nos hayamos encontrado con excelente profesores, y muchos de ellos, además, unas PERSONAS BUENAS.

Y, si hemos de pensar en algunas, estamos seguros que todos coincideremos en mencionar a D. Emilio Gómez Piñol, una mente privilegiada enmarcada en una persona honesta, sabia y generosa.

Conferencia sobre la Virgen Macarena

Con Don Emilio hemos aprendido muchas, muchísimas cosas, tanto de Arte como de Historia y Cultura Popular y recordamos toda esa gran colección de diapositivas con las que ilustraba sus clases de Arte Hispanoamericano, hechas por él mismo, y que siemmpre se resistió a escanearlas y proyectarlas desde el ordenador, ya que entonces perdería el encanto de la artesanía y de la obra realizada en el momento.

Desde la época de la pandemia perdimos el contacto con él, y no solo en la clase sino personalmente, y lo único que pudimos conocer es que atravesaba por problemas, no podemos asegurar si físicos o mentales., ni tampoco nos pareció prudente produndizar en ello.

Con nuestras compañeras Concha, Mento y Reyes (q.e.p.d), en el Museo del Prado

Quien redacta esta nota tiene, además de su faceta como profesor, grandes recuerdos de sus conversaciones sobre Murcia, una ciudad de la que guardaba emocionantes recuerdos, y donde fue Decano en diversas facultades de su Universidad entre  los años 1975 al 1983, siendo a título de curiosidad, Comisario de una Exposición Universal de un murciano ilustre, como Francisco Salzillo y donde fue nombrado  miembro correspondiente de la Real Academia de Alfonso X El Sabio de Murcia, desde el año 1991.

Don Emilio, 5º por la derecha de pie, con la Décima en el Patio de los Naranjos de nuestra Catedral. 

Con él descrubrimos aspectos de nuestra Cátedral, que hasta ese momento nos habían pasado inadvertidos, pero siendo tantas y tantas cosas de tipo Cultural, estamos seguros que todos le recordaremos como una excelente y buena  persona, de esas que la vida pone en nuestro camino, al tiempo que nos traslada parte de sus ingentes conocimientos. De esas personas que hacen la vida más agradable a los demás.

Hoy, no solo la vida Cultural de Sevilla, nuestra Universidad Hispalense,  nuestra propia "Facultad", y todos su alumnos, y especial de La Décima, estamos de luto.

Don Emilio era un gran aficionado a la Ópera, y recurriremos a ella, puesto que en definitiva el Requiem de Verdi tiene estructura opéristica, para dedicarle nuestro homenaje con este primer movimiento. 

DALE EL DESCANSO ETERNO, SEÑOR.