Hoy vamos a terminar, puesto que tenemos que seguir nuestro camino, con Dvorak y lo hacemos con una anécdota:
Hace muchos, muchísimos años, estábamos tomando un café con unos amigos, y comenzamos a tararear una música que nos vino a la mente en ese momento. Uno de esos amigos, muy querido y que seguro descansa en la Paz del Señor, pero que la música no era su fuerte, nos dijo:
Oye, esa música sí que la conozco yo: La Sinfonía de Los Formidables. Y la verdad es que no iba muy descaminado, puesto que la Sinfonía del Nuevo Mundo se hizo muy popular entre los años 60 y 70 en un programa de la Cadena Ser que presentaba Alberto Oliveras y que utilizaba como sintonía los compases iniciales del cuarto movimiento.
Y en homenaje a ese gran amigo pero poco aficionado a la Música, escuchemos esas Notas.
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