Pero la vida de Tina Turner nunca fue un camino de rosas hasta alcanzar ese reconocimiento.
Antes de ello tuvo que pasar por una infancia y juventud en un ambiente de segregacionismo, y para intentar escapar de él, caer en un infeliz matrimonio con Ike Turner, pleno de abusos y maltratos, hasta que consiguió romper pero ya a la edad de 50 años.
A partir de entonces, inicia su carrera como solista en los años 80 y 90, con una conversión al budismo y fijar su residencia de Suiza. Y fué desde entonces cuando pudo desarrollarse plenamente y ser considerada como una de las mejores cantantes de todos los tiempos.
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