Tras una larga sequía, en el pueblo de Kisilu todos esperan ansiosos que lleguen las lluvias. Pero cuando llegan, lo hacen de forma tan torrencial que se llevan plantas y arbustos por delante.
El temporal arrasa sus hogares y su existencia.
Kisulu no se da por vencido y organiza reuniones con las aldeas vecinas para convencerles de la necesidad de adoptar medidas locales de protección del clima.
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