Muchos la consideran la mejor de sus partituras, apoyada además por un libreto curioso y divertido. Después de su estreno el título viajó a Cuba, México y continuó su ciclo vital sobre los escenarios hasta los años 50.
Según su director de escena, Enrique Viana, «abordar Benamor ha sido un placer, y que el Teatro de la Zarzuela decidiera ponerla de nuevo en escena (no se representaba en este teatro desde su estreno), un sueño. Un sueño feliz que es la mejor medicina para los tiempos de pesadilla que estamos viviendo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario