La Providencia, la Casualidad, o quizás una pensada Planificación por nuestra parte, ha querido que hoy lleguemos a Mahler y su Octava Sinfonía, justo cuando es el último día de los tres programados por la Orquesta y Coros Nacionales de España para su interpretación con un éxito apoteósico en el Auditorio Nacional.
La Sinfonía n.º 8 en mi bemol mayor de Gustav Mahler es una de las obras corales de mayor escala del repertorio orquestal clásico. Debido a que requiere una enorme cantidad de instrumentistas y coralistas, con frecuencia se la denomina «Sinfonía de los mil», aunque la obra a menudo se interpreta con menos de mil intérpretes y el propio Mahler no aprobó dicho sobrenombre.
Alcanza un nivel de complejidad, una amplitud de temas y un tamaño de fuerzas, a partes iguales no solo en las obras de Mahler sino también en la historia de la sinfonía hasta la fecha de su composición. Esta sinfonía es notable por el hecho de que une dos poemas en dos idiomas diferentes, el primero es un himno latino y el segundo nada menos que la escena final de la segunda parte de Fausto.
Proponemos tomarnos un buen rato de descanso, (hora y media) olvidarse otras ocupaciones y sentarnos ante el televisor o la pantalla del ordenador (abstenerse teléfonos y tabletas) para disfrutar de esta magna obra, en la interpretación de la misma orquesta y marco, dirigida por Josep Pons en Junio de 2012.
Hacemos notar que la Sinfonía fue dedicada a "Mi querida esposa Alma María", antes de que pasaran tantas cosas turbulentas en ese matrimonio.
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