Y tras el Acto de Apertura de Curso, y casi sin solución de continuidad, el Salón Madrid del Casino Militar nos esperaba para compartir mesa y mantel, en el que comenzamos brindando por los presentes y ausentes, aunque limitando estos ausentes a los que lo son de forma involuntaria y por el propio desarrollo de las circunstancias de la vida, y también de la salud e incluso la muerte, siempre presente aunque la obviemos.
Y junto a una esplendida comida, servida con profesionalidad y amabilidad por parte de personal que ya nos son familiares, tras tantos años, se repitieron los momentos de expresar nuestro cariño entre quienes formamos una gran familia, formada por la Providencia.
Y DEMOS GRACIAS A LA VIDA, QUE NOS HA DADO TANTO
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