Msvistal Rostropovich tenía 64 años cuando ¡¡Por fin!! pensó que ya estaba preparado para efectuar la grabación integral de las suites de Johan Sebastian Bach, y desde entonces se convirtió en una grabación imprescindible para cualquier melómano.
Estamos habituados, y están en su pleno derecho a hacerlo, que cualquier director y orquesta se enfrentan a la Novena de Beethoven, especialmente ante publicos poco exigentes, que también tienen derecho a escucharla y aprender.
Decimos todo esto porque ayer recomendamos una grabación atípica de la Novena en los Proms Londinenses, y tras ver y escuchar atentamente toda la primera parte del programa con explicaciones sobre los motivos de Beethoven para los problemas y soluciones ante una partitura de tanta embergadura.
Hasta ahí todo transcurrio perfectamente y el público que llenaba el enorme Royal Albert Hall se mostró encantado, pero llegamos a la interpretación completa de la Sinfonía.
No cabe duda del gran mérito para director y orquesta de interpretarla sin partituras y de pié en el escenario, estando sentados solamente, por necesidad, los chelos y contrabajos, pero a nosotros nos pareció más una actuación circense que de homenaje a Beethoven, y suponemos el esfuerzo psicológico de los músicos que aunque se conozcan la partitura no la tienen delante, como es habitual.
Estuvimos pendientes durante 15-20 minutos hasta que dijimos ¡Basta ya! y recurrimos a algo que nunca falla, entre otras muchas interpretaciones, la de Muti, al frente de los Sinfónicos de Chicago, esa gran orquesta que engrandeció durante casi 30 años, el maestro Solti. En ese momento, y desde los primeros compases, ya conseguimos sentimos reconfortados con "La Novena".
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