Es principalmente conocido por su suite orquestal Los planetas, pues aunque compuso muchas otras obras en una variedad de géneros, ninguna logró un éxito comparable.
Holst concibió la idea de Los planetas en 1913, en parte como resultado de su interés por la astrología. Cada planeta está representado con un carácter distinto; Dickinson observa que «ningún planeta toma prestado el color de otro».
En «Marte», una célula rítmica persistente y desigual que consta de cinco tiempos, combinada con toques de trompeta y disonancia armónica proporciona música de batalla que, según Short, es única en su expresión de violencia y puro terror, «... la intención de Holst es para retratar la realidad de la guerra en lugar de glorificar los actos de heroísmo».
En «Venus», incorporó música de una obra vocal abandonada, A Vigil of Pentecost, para proporcionar la apertura; el estado de ánimo predominante dentro del movimiento es de resignación pacífica y nostalgia.
«Mercurio» está dominado por métricas irregulares y rápidos cambios de tema, para representar el veloz vuelo del mensajero alado.
«Júpiter» es famosa por su melodía central, «Thaxted», en opinión de Dickinson «una relajación fantástica en la que muchos conservan un deleite lejos de ser furtivo».
«Saturno», volvió a utilizar una pieza vocal compuesta previamente, Dirge and Hymeneal, como base para el movimiento, donde los acordes repetidos representan el implacable acercamiento de la vejez.
«Urano», que sigue, tiene elementos de la Sinfonía fantástica de Hector Berlioz y El aprendiz de brujo de Paul Dukas, en su descripción del mago que «desaparece en una bocanada de humo cuando el ímpetu sonoro del movimiento disminuye de fff a ppp en el espacio de unos pocos compases».
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