Su obra, frecuentemente vinculada al impresionismo, muestra además un audaz estilo neoclásico y, a veces, rasgos del expresionismo, y es el fruto de una compleja herencia y de hallazgos musicales que revolucionaron la música para piano y para orquesta.
Desde muy niño fui sensible a la música —a todo tipo de música—. Mi padre, mucho más cultivado en este arte que la mayoría de aficionados, supo desarrollar mis gustos y estimular tempranamente mi pasión». (Ravel, Esquisse autobiographique, 1928).
Y, si bien, su obra que lo ha hecho famoso universalmente es el Bolero de Ravel, nosotros queremos también recordarlo con una de sus obras para piano y como orquestador de composiciones ajenas, como en este caso uno de los "cuadros" Mussorgsky, La Gran Puerta de Kiev.
No hay comentarios:
Publicar un comentario