El profesor y comentarista David Dubal dijo que fue el mejor con las primeras obras de Beethoven pero que parecía inseguro interpretando Chopin y diabólico en obras como la Chaconne de Bach-Busoni o en las Variaciones Paganini de Brahms.
Fue un intérprete y un hombre de enorme personalidad, a veces injustamente acusado de frialdad hacia el público debido a la poca expresividad de su cara y lenguaje corporal durante los conciertos —fruto de su convicción de que un exceso de expresividad distraería la atención de lo realmente importante, es decir de lo que estaba tocando— y a su costumbre de no conceder bises.
Su último concierto fue el 7 de mayo de 1993 en Hamburgo.
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