En 1898, elementos anticolonialistas habían alcanzado suficiente poder en el Gobierno chino para buscar un acuerdo con los boxers. La protesta antioccidental se inició con agresiones contra personas y bienes extranjeros, aparentemente condenados por la corte, pero con el beneplácito de la emperatriz Tze Hsi, quien instigó a varios gobernadores provinciales a que apoyaran la revuelta de los boxers en sus jurisdicciones.
Las acciones aumentaron en 1899 —cortes de líneas de telégrafo, destrucción de las vías de ferrocarril—, siendo asesinados 231 europeos y miles de chinos cristianos.
El 20 de junio DE 1899, el embajador alemán fue asesinado y al día siguiente la emperatriz declaró la guerra a las potencias ocupantes. El sitio duró seis semanas, hasta que el 14 de agosto una fuerza internacional ocupó la ciudad. La emperatriz huyó y la coalición multinacional efectuó una represión implacable.
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