Resulta evidente una vez más que el público, de una forma general, solo acude a los conciertos y a la ópera que programan cosas conocidas y repetidas.
Habida cuenta de que uno de los alicientes de las personas es el conocimiento de cosas nuevas, no se puede entender que el Auditorio de Ingenieros no estuviese a rebosar, si bien registró una entrada superior a la que se pudiera temer.
Evidentemente, es dificil de vender una programación basada en música moderna y además escrita por autores españoles, pero a los que no estuvieron podemos decirles que fue un gran concierto y que además nos sirvió para conocer una formación musical extraordinariamente joven pero con una gran calidad, La Orquesta de la Universidad de Granada, con su director Gabriel Delgado.
En la primera parte, la orquesta estuvo al servicio y mayor lucimiento de los metales (trombón, trompa, tuba y trompetas) interpretados por el Quinteto Proemium Metals a los que confiamos poder escuchar en posteriores ocasiones, y punteados con excelentes solos de cello y violín (concertino)
Ya en la segunda parte, con la incorporación de las maderas, la orquesta tomó su configuración habitual para ofrecernos la excepcional música de Crisóstomo Arriaga y especialmente con la Obertura de los Esclavos Felices, para cerrar con la Sinfonía del mismo autor. Y decimos Sinfonía (en singular) ya que solo le dio tiempo a escibir una, pues falleció a los 19 años de tuberculosis.
Seguro que todos pensamos lo que hubiese sido capaz de componer un verdadero niño prodigio que a los 11 años ya componía e interpretaba sus obras en las sociedades musicales de su Bilbao natal, tocaba el violín con tan solo 3 años y compuso su primera ópera a los 13.
No resulta pues extraño que se le conociera como "El Mozart español". Estamos publicando una Galería de Fotos, donde se puede apreciar la juventud de los componentes de la Orquesta.
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