Llevamos unos días en los que la segunda sinfonía de Mahler está ocupando gran parte de nuestro tiempo libre, que es poco, y hemos pensado en hacer una reflexión profunda sobre esta obra, que nosotros descubrimos hace muchos años, de la mano del multimillonario norteamericano Gilbert Kaplan, a quien se cita en el magnífico libro Teatro de la Maestranza, publicado en el 2001, con motivo del X Aniversario de su inauguración, y coordinado por nuestro profesor Ramón María Serrera, como uno de los más notables, o al menos "curiosos" directores que hasta ese momento habían pasado por nuestro Teatro y lo hizo dirigiendo a nuestra ROSS, en el debut además del Coro de Amigos del Teatro de la Maestranza
Pero ¿Como es que la descubrimos de la mano de un millonario americano?
Y lo cierto es que una historia que merece la pena explicar y que él mismo nos detalló con un entusiasmo contagioso en una memorable Charla en el Paraninfo de nuestra Universidad.
Kaplan, según nos explicó y con notas que tomamos in situ, descubrió la segunda de Mahler en el año 1965, dirigida por Stokowski en el Carnegie Hall, y desde ese momento se convirtió en una verdadera obsesión, y ya sabemos lo que eso puede suceder cuando se tiene dinero de sobra para satisfacer las obsesiones, o que desde entonces consideró como su "Amor Eterno" y una verdadera monomanía.
Para comenzar, Kaplan adquirió el manuscrito original de la Segunda Sinfonía y descubrió más de 300 errores, algunos de los cuales nos explicón con unas fotocopias que nos dejó en nuestros asientos en el Paraninfo y llegó a publicar una Edición Crítica en edición facsimil, aprobada por la que puso a disposición pública permitiendo a músicos y académicos acceder al texto original con anotaciones detalladas.
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Avery Fischer Hall, Nueva York. |
Kaplan no era músico profesional y, por supuesto, no tenía ninguna formación como director , pero como "Poderoso caballero es don dinero", para celebrar uno de sus cumpleaños, o alguna otra efemérides que no recordamos, alquiló un teatro en Nueva York y una Orquesta Sinfónica y se puso a dirigir la Segunda Sinfonía de Mahler exclusivamente para sus amigos.
Lo cierto es que su interpretación mereció el elogio de muchos críticos, especialmente por su fidelidad al texto original., aunque dudaron de su habilidad como director.
A partir de entonces, fue requerido para dirigirla en muchos lugares del mundo, entre ellos Sevilla, y llegó a hacer grabaciones con la London Symphony Orchestra y la Filarmónica de Viena, que es la que figura en nuestra discoteca, y a la que recurrimos con regularidad.
Kaplan nunca dirigió ninguna otra partitura, distinta de la Resurrección, ni cobró honorarios por hacerlo.
Terminaremos este primer capítulo, diciendo que, tras su muerte, sus herederos decidieron subastarla en Londres, donde se adquirió por un precio de unos seis millones de dólares.
Y, si bien seguiremos profundizando en la Segunda Sinfonía de Mahler, en varios capítulos, ofrecemos un valioso documento de la primera vez que Kaplan la dirigió, en el año 1982, solamente para sus amigos, y gracias a la generosidad por su publicadión en Youtube, por parte de uno de sus descendientes. John Kaplan.
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