Los Viejos Rockeros, como el resto del género humano nunca mueren mientras permanezcan en nuestra memoria e ideario generacional.
Eran los años 80, cuando quien escribe esta nota, vivía en Jerez de la Frontera, y a su Plaza de Toros llegó el Rock de Miguel Rios con aquel inolvidable espectáculo de Rock y Rios, y a ese espectáculo se sumó para comenzar a calentar motores con aquel Bienvenidos a los Hijos del Rock & Roll, entre los que él se encontraba, que todavía resuena en sus oidos.
Es evidente que para Pascual Muñoz, nuestro compañero redactor, Los Viejos Rockeros nunca Mueren, como Miguel Rios (antes Mike Rios) ha vuelto a revivir tras 40 años aquellas noches en que lo Imposible se convirtió en Posible, llenando en esta ocasión a reventar el Palacio de Deportes de Madrid (nos negamos a llamarlo de otra manera).
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