Rudolph tenía la nariz roja como un tomate. Presa de las burlas de sus congéneres a causa de ello, Rudolph tiene la oportunidad de ser protagonista cuando se desata una tormenta de nieve y Santa Claus le pide que vaya por delante de su trineo alumbrando con su nariz el camino. Desde aquel momento, Rudolph trabaja todas las Navidades junto a Santa liderando el tiro del trineo y es respetado y admirado por el resto de su manada.
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