Ayer, pensamos que fue un concierto realmente meritorio y tras el ímpetu de la Apertura de Tanhausser, y prestos los ánimos para la segunda parte, tras el Hymnus del profesor Juan A. Pedrosa, aguardamos con verdadera expectación para adentrarnos en esa gran expresión del sinfonismo, como es la Tercera de Brahms.
Brahms es un compositor a quien le gusta ocultar la espiritualidad de su obra tras un halo de misterio y que mejor muestra que en su tercer movimiento, verdadero monumento al romanticismo y que por muchas veces que la escuchemos no deja de provocarnos repetidos sentimientos de cercanía con el Creador, ya que dudamos que una persona sin Su ayuda e inspiración sea capaz de crear tanta belleza.
Ya el arranque del primer movimiento nos hizo estremecer ante lo que nos esperaba y se vio confirmado de forma absoluta.
Su tercer movimiento permite además el lucimiento de instrumentos solistas, tales como la trompa, sin olvidar las maderas, especialmente los oboes y clarinetes y la interpretación fue digna de cualquier orquesta de renombre.
Digno colofón para una gran temporada. Nuestra enhorabuena a todos los promotores de la idea de la O.S.C., así como a su director Juan García Rodriguez y músicos, de los que lamentablemente desconocemos sus nombres.
Ofrecemos un detalle de lo que expresamos y la sinfonía completa, para quien quiera rememorar ese momento.
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