El Magnificat de Pergolesi que se podrá escuchar es solo una muestra de ello.
Nuestro consejo es que, quien pueda, no se pierda este concierto para el que nos llama la atención que no se haya podido obtener ningún tipo de subvención.
No obstante, el precio de la entrada para cubrir los gastos elementales es totalmente simbólico.
Seguro que al propio director y organizador le cuesta dinero a título personal, como estamos seguros que sucedería el pasado año con el Cármina Burana, donde se dejó a criterio de los asistentes que dejaran una aportación económica acorde con lo que les agradara el concierto.
Nos gustaría conocer el resultado de esa experiencia que funciona muy bien en algunos paises del norte de Europa pero que dudamos del resultado en nuestra ciudad, al menos en el ámbito de la música de tradición culta.
¡Eso es amor a la música y dedicación!
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