Y ahora, he aquí mi secreto, un secreto muy simple: sólo con el corazón podemos ver como es debido; lo esencial es invisible para nuestros ojos.
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY..................En alguna época de la vida, quizás entre los dos y los nueve años, empezamos a cubrir nuestra «esencia áurea», nuestro ser natural. Y, de manera muy parecida a lo que hizo el monje con el martillo, la tarea a que ahora nos enfrentamos es la de volver a descubrir nuestra auténtica esencia...........
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