Según el relato, la Hermandad, al ser pobre y no tener una imagen titular, habría obtenido una Virgen del Hospital de las Cinco Llagas a cambio de un reloj, bajo un contrato de préstamo indefinido.
El acuerdo estipulaba que, si la Virgen ingresaba nuevamente al hospital, quedaría allí para siempre.
Por este motivo, en varias ocasiones, los vecinos se opusieron a que la imagen entrara al hospital, temiendo perderla.
Finalmente, hace unas décadas, la Virgen entró al hospital sin problemas y regresó a su basílica, liberando así a la Hermandad de cualquier temor.
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