Prosigue la temporada de Conciertos de PROMÚSICA ÁGUILAS y en esta ocasión, como en tantas otras, hay muchos motivos musicales para pasar unos días dejándose acariciar por la belleza del propio pueblo.
Podemos hablar de que en la primera parte, con Harold en Italia podemos escuchar a un excepcional violista murciano, como es Joaquín Riquelme que forma parte de la Filarmónica de Berlín desde el año 2007, siendo uno de los muy pocos españoles que han logrado esa distinción.
Pero también podemos hacerlo, y lo haremos de la Séptima de Beethoven, de su segundo movimiento y de una EPIFANÍA.
Siendo una de las grandes sinfonías de Beethoven, lo cierto es que para quien redacta esta nota, no la "descubrió", como en una verdadera Epifanía hasta el día 13 de Enero de 1997.
Cartel facilitado por nuestra compañera y amiga Emilia Matute, historia viva del Teatro de la Maestranza. |
El comienzo de ese famoso segundo movimiento ya nos golpeó emocionalmente, como si fuese la primera vez que lo escuchábamos: Un allegretto con estructura de marcha, en forma ternaria. Un motivo triste que contrasta con la alegría del primer movimiento, va recorriendo los distintos grupos instrumentales hasta llegar a un vibrante tutti de la orquesta. La parte central consiste en un tranquilo diálogo de los vientos. Llegamos a la repetición de la primera parte. Se producen unos momentos de inquietud cuando se desarrolla un fugato sobre el tema principal.
A partir de aquel día, escuchar ese movimiento es trasladarnos a aquel lejano 13 de Enero de 1997, y apenas pasada la fiesta de los Reyes Magos, recibimos aquella otra Epifanía.
Por tanto. ¿Hay motivos para ir a Águilas?. Pues los hay, y por tan solo un movimiento, y por PROMÚSICA ÁGUILAS, allí estaremos.
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