Los habitantes de esta región, en el corazón de Rumania, están orgullosos de su cultura y la cuidan con esmero.
Dumitru Pop, por ejemplo, trabaja en el "cementerio más divertido del mundo", situado en el norte de Transilvania. Se ha propuesto cambiar la visión que la gente tiene de la muerte. Para ello talla y pinta las cruces de madera para los difuntos y elige una anécdota para conmemorar al muerto: demasiado alcohol, bajo el yugo de su suegra... Dumitru aporta una pizca de humor a las tristes circunstancias de un fallecido.
Transilvania está rodeada por los Montes Cárpatos.
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