Ingresó en el coro de la catedral de Sevilla y allí recibió su primera formación musical, de mano de su hermano Pedro y del poeta y maestro de capilla Pedro Fernández de Castilleja.
Desde los primeros años de mi niñez me incliné al arte de la música; y en ella fui enseñado de un hermano mío, llamado Pedro Guerrero, muy docto maestro. Y tal priessa me dio con su doctrina y castigo, que con mi buena voluntad de aprender y ser mi ingenio acomodado a la dicha arte, en pocos años tuvo de mí alguna satisfación. Después, por ausencia suya, desseando yo siempre mejorarme, me valí de la dotrina del grande y excelente maestro Christóval de Morales, el qual me encaminó en la compostura de la música bastantemente para poder pretender qualquier Magisterio. Y assí a los diez y ocho años de mi edad fui recebido por maestro de capilla de la Iglesia cathedral de Jaén, con una ración, adonde estuve tres años. En fin deste tiempo vine a Sevilla a visitar mis padres, y el Cabildo de la santa Iglesia me mandó que les sirviesse de cantor con un salario bastante. Y yo, por agradecer esta merced y obedecer el mandato de mis padres, dexé lo que tenía en Jaén, teniendo por mucha honra la que en esto se me hazía, aunque fuera mayor la pérdida de lo que dexava
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