La obra mozartiana abarca todos los géneros musicales de su época e incluye más de seiscientas creaciones, en su mayoría reconocidas como obras maestras de la música sinfónica, concertante, de cámara, para fortepiano, operística y coral, logrando una popularidad y difusión internacional.
En su niñez más temprana en Salzburgo, Mozart mostró una capacidad prodigiosa en el dominio de instrumentos de teclado y del violín. Con tan solo cinco años ya componía obras musicales y sus interpretaciones eran del aprecio de la aristocracia y realeza europea.
Ante una obra tan extensa y magnífica, es un atrevimiento decidirse por una sola para ilustrar y homenajear al Genio, y lo hacemos ensalzando al mismo tiempo a una de nuestras clarinetistas favoritas: Sabine Meyer, en el Adagio del Concierto para clarinete y orquesta.
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