LA DÉCIMA SE ECHA AL MONTE

Ayer, y aún echando de menos a algunos compañeros que por diversos motivos no formaron parte de la "expedición", fuimos no obstante muchos de los componentes del Club de Senderismo de La Décima los que llevamos a cabo otra jornada memorable.

Fueron muchas circunstancias las que coincidieron para que así fuese, comenzando por un día soleado, aunque el sol no se viese en ningún momento por el sendero totalmente cubierto por una frondosa vegetación que mostraba su aspecto mas exuberante por las lluvias caídas a comienzo de la semana.

Fue esa lluvia la que favoreció que las aguas del rió Majaceite bajasen con un ímpetu como pocas veces lo habíamos visto en anteriores recorridos, aunque también convirtió el sendero en un elemento peligroso por el barro y piedras resbaladizas, que notaron especialmente aquellos compañeros que se echaron al monte sin un calzado adecuado y sin la ayuda de bastones, que tan útiles resultan en todo momento, y con más motivo en situaciones como la de ayer.
Alguna compañera se enredó en una lucha contra algunas zarzas del cauce donde un inoportuno resbalón la arrojó, aunque sin mayor contratiempo.

Pero no fue el sol, la temperatura ni ningún otro elemento externo lo que convirtieron un sábado cualquiera de Noviembre en una gran jornada, sino como siempre, el factor humano.

Siempre decimos, aunque haya cualquier otra circunstancia adicional, como comida, senderismo, actividad cultural o celebración de cualquier índole que es realmente nuestra Convivencia, lo que lo convierte en un acto especial. 

Esa Convivencia que tan difícil resulta en las relaciones humanas, pero que nosotros la hemos convertido en algo natural y consustancial con nuestra forma de ser y actuar desde hace ya muchos años.
Eso, y ninguna otra cosa, es la cimentación básica del espíritu de La Décima.