Se convirtió en cantautor en los convulsos años 70, colaborando con diversas organizaciones antifranquistas, lo que le obligó a exiliarse en París —donde conoció casualmente a Jacques Brel, quien lo influyó después en su quehacer artístico— e incluso llegó a hacerse a la mar como parte de la tripulación de un barco pesquero, con el que dio la vuelta a medio mundo.
El apogeo de su carrera musical abarcó el periodo comprendido entre 1971 y 1978, durante el cual publicó temas como «Puedo inventar», «La casa se queda sola», «Tiempo, tiempo», «Quién sabe si volverá otra vez a amanecer», «Una dos y tres», «Sonetos 37-73», «Porque me duele la voz», «Como tú», «Entre tu piel», «Samaritana», «A donde el agua», «La bohemia», «Estrella de la mar», entre otras.
A partir de 1979, fue adquiriendo un estilo cada vez más personal, lo cual fue alejándolo paulatinamente de los circuitos comerciales. En su periodo madrileño y en una nueva faceta, aprovechó su condición de sociólogo y periodista y se hizo profesor. Impartió clases de comunicación audiovisual, producción, realización y operaciones artísticas y producción audiovisual práctica en la Escuela Universitaria Politécnica de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha. También fue director de la Escuela Española de Caza, de la Federación Española de Caza.
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