Ya se van incorporando a Sevilla la mayoría de los miembros del Equipo de Redacción de nuestro Blog, llegados de sus viajes a Las Batuecas, Estambul (que dejó de ser Constantinopla), París, Andujar, Águilas etc.
Y precisamente, recién llegado de Águilas nos envía esta nota nuestro compañero Pascual Muñoz.
La Magía del piano de Manos Kitsikopoulos se repitió, y la Bahía de Levante, vista desde el propio Auditorio quiso sumarse a tantas emociones.
Al término de su actuación tuvimos ocasión de compartir unos minutos con Manos, quien se mostraba, y no era preciso que nos confirmara lo que ya veíamos, en un estado absoluto de satisfacción, casi de éxtasis, confesando que actuar en Murcia, y en Águilas en particular, le aportada un extra de motivación. Y no era para menos, viendo junto a él, desplazados para la ocasión, a toda la Familia Casanova en pleno, y con Chema como factotum de Clamo Music, así como la de ProMúsica Águilas, a título personal.
Precisamente, y gracias a esa colaboración entre ambas Asociaciones, todos los aficionados aguileños pueden disfrutar de grandes interpretes del piano, procedentes del Concurso de Clamo Music, bien como ganadores o incluso como jueces del mismo, y podemos asegurar que, siendo todos de un gran nivel internacional, pocas veces nos hemos emocionado tanto como con Manos Kitsikopoulos, un interprete a quien le gusta rendir homenaje al Amor con su Música, y es ese Amor el que todos los oyentes captan en sus notas.
Quienes ya tuvimos ocasión de escucharlo en su concierto del pasado mes de Agosto, pudimos además comprobar su versatilidad, pasando de Beethoven, a Schubert, Liszt y de ahí saltar a Piazzolla, a los Beatles, e incluso incorporarse a un Grupo de Jazz para ofrecernos improvisaciones propias de un genio como él.
Y tras un magnífico e impecable Concierto nº 4 de Beethoven, dio paso a su más pura creatividad con dos propinas, La primera de ellas, dejando al auditorio casi sin respirar con una Serenata de Schubert, y a continuación una improvisación sobre temas de Piazzolla, donde pudo desplegar toda su maestría, libre de los cánones que marcan las partituras.
Un público enfervorecido le pedía más y más, hasta que Manos, con la mirada, le pidió ayuda al Concertino, quien le recomendó que simplemente dejara el escenario, mientras que los aplausos no dejaban de atronar.
Por gentileza de Clamo Music y Chema Casanova, podemos ofrecer precisamente una de esas propinas la "Serenata".
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