Todos los aficionados a la Ópera estamos viviendo con escepticismo la revisión que se está haciendo de grandes creaciones para hacerlas políticamente correctas con los tiempos que vivimos, con un revisionismo que cuenta con detractores y defensores.
Así, podemos ver actualmente La Flauta Mágica como un renacimiento del fascismo, La Traviata como la historia de una mujer destrozada por el capitalismo machista, Aida como simpatizante del yihadismo.
Incluso este revisionismo llega a las Zarzuelas y así vemos La Gran Vía como defensa del cierre al tráfico de las calles, La Verbena de la Paloma como un precursor del PSOE, La Corte del Faraón como una reivindicación del orgullo Gay etc. etc. (ABC)
La moda ha llegado incluso a la Novena de Beethoven.
Ante toda esta situación, proponemos la lectura de un artículo de opinión en Scherzo, con la firma de Rafael Ortega Basagoiti, AQUÍ en el que se deja patente la defensa del maestro Mutti enfrentándose, con razonamientos a la pretendida revisión de un fragmento de Un Ballo in Maschera y dejándonos la reflexión de que Muti se puede permitir esa posición pero no otros directores de menor categoría y peso artístico.
“cuando todo se haya derrumbado en 20 o 30 años, igual piensan ustedes: tal vez Muti tenía razón”. Puede ser. Uno diría incluso: más vale que nos demos cuenta de que Muti tiene razón ahora, mejor que cuando todo se haya ido al garete. Ahora. Porque estamos tardando demasiado. Como hubiera dicho Violetta en La traviata: “È tardi!”.
OJALÁ NO SEA TARDE COMO PARA LA DESCICHADA VIOLETA.
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