Alcanzó gran notoriedad como tenor, cantante de operetas y como actor de películas musicales durante los años cincuenta y sesenta, especialmente en Francia que lo consideró también suyo.
Entre 1946 y 1958, Luis Mariano hizo quince operetas musicales y películas; operetas creadas por Lopez o por otros, como, entre otras, Cuatro días en París o A Jamaica, y películas musicales como Carga clandestina, Historia del cantar, Violetas imperiales, El aventurero de Sevilla, Sérénade en Texas y Tzarevitch.
Luis Mariano no fue solamente un astro de la opereta. Fue ante todo un chanteur de charme (vocalista melódico), con todos los atributos de esta función: voz de terciopelo, físico agradable, sonrisa deslumbrante.
Talento de múltiples facetas, hablaba varios idiomas, diseñaba sus decorados, su vestuario, los planos de sus mansiones e incluso escribió la letra de algunos de sus cantables.
Jean Gabin dijo que hay artistas a quienes se admira y otros a quienes se ama. Luis Mariano pertenecía a las dos categorías.
Grandes figuras del bel canto admiraron a Luis Marianoː desde Maria Callas hasta Cecilia Bartoli. El tenor Roberto Alagna grabó un disco en homenaje para que lo conociesen las jóvenes generaciones.
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