Hay lugares míticos que una canción ha ayudado a hacerlos aún más.
Ese es, por ejemplo, el caso de Siracusa con una canción hermosa que popularizó Yves Montand hasta convertir un lugar histórico en un verdadero poema de gran belleza.
Me encantaría ver a Syracuse
Isla de Pascua y Kairouan
Y los grandes pájaros divirtiéndose
Para deslizar el ala a favor del viento
Ver los jardines de Babilonia
Y el palacio del Gran Lama
Soñando con los amantes de Verona
En la cima de Fuji-Yama
Ver la tierra de la mañana tranquila
Ir a pescar con cormorán
Y emborracharte con vino de palma
Escuchando el viento cantar
Antes de que mi juventud se agote
Y que mis manantiales se han ido
Me encantaría ver Syracuse
Para recordarlo en París
Proponemos hoy, en primer lugar conocer algo de Siracusa, esa ciudad donde nació Arquimedes y que es totalmente griega a pesar de estar situada en Italia y donde miles de ciudadanos griegos fueron asesinados o esclavizados, y sus dos generales Nicias y Demostenes ejecutados.
Después, y pasando a esa bella canción, escuchar algunas de las versiones más afamadas.
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