Hay composiciones musicales que nos subyugan y cuya audición repetimos una y otra vez y siempre con los mismos resultados de Emoción.
Una de esas composiciones, es el Bolero de Ravel al que se suelen enfrentar todas las orquestas y directores, así como sus interpretes de "caja" o de ese clarinete que nos rompe el ritmo cadencioso de inicio, al que suma el corno inglés, flauta, con la trompa que intenta ir poniendo orden y antes de que el saxo se apodere de la acción, en un recorrido orquestal, como solo Ravel era capaz de imaginar y llevar a cabo, en un verdadero alarde y emoción para los sentidos hasta esa culminación indescriptible.
La última grabación que hemos podido ver, y queremos ofrecer a nuestros lectores, es del concierto que el pasado 10 de Junio ofreció la hr-Sinfonieorchester, dirigida por el maestro Alain Altinoglou.
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